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Revisado ponentes y participantes- sábado 10-04-2010
1.- Frente a una visión idílica e irreal de una perfecta coexistencia y convivencia entre vecinos, la realidad de cada día y en muy diferentes ámbitos, nos enseña que la existencia de conflictos y de situaciones de acoso y violencia en las relaciones vecinales es un hecho constatable y que se presenta con notable frecuencia y extensión.
2.- Las causas que motivan esta problemática son muy diversas y podríamos distinguir entre cuestiones de fondo o estructurales como puede ser el arraigo a la violencia en nuestra sociedad; causas de costumbre y tradición; intereses en imponer el propio modo de vida, el acceso a la propiedad ajena, el ejercicio del poder e influencia sobre la vida de los demás; causas de la poca capacidad personal para resolver conflictos y convivir colectivamente y la tendencia individualista cada vez más presente en nuestra sociedad y, por ultimo, causas referidas a la falta de concienciación social y la escasez de medios e instrumentos legales, institucionales y servicios que permitan una defensa de las situaciones de acoso y violencia y una resolución de los conflictos existentes.
Esta diferente casuística y tipología se expresa, asimismo, por los diferentes tipos de localización y ubicación geográfica. Así a grandes rasgos podemos distinguir diferentes formas de conflicto : (1) los originados en el ambiente urbano y edificios multipisos (comúnmente denominado blooking) y ligado a cuestiones de convivencia y aportación comunitaria; (2) aquellos otros generados en el entorno rural, viviendas unifamiliares y cierta explotación agraria y relacionados con la propiedad, las vías de acceso, y las interferencias en la utilización de diversos recursos y, por último, los existentes en lo que podíamos definir como situaciones mixtas de las urbanizaciones de viviendas y adosados que presentan tipologías mixtas con los dos anteriores.
3.- Pese a la novedad de la consideración esta área conflictiva en las relaciones humanas, resulta evidente que este tipo de relaciones negativas siempre han estado presentes en la sociedad y es necesaria una valoración en profundidad del quebranto en la calidad de vida y los sufrimientos que provocan estos conflictos y las practicas de acoso y violencia vecinal, en las victimas y en su entorno familiar inmediato.
4.- La violencia forma parte de la estructura misma de las sociedades modernas y como tal imbrica a todas las esferas y ámbitos sociales, culturales, políticos y económicos. No se trata de una cuestión meramente marginal o de “sucesos aislados” que afectan de forma casual negativamente a la convivencia social y que precisan como tales de una solución individual. La violencia, presente en las múltiples esferas sociales, remite a un fenómeno socioestructural, concepción que tiene sus consecuencias para el tema de la intervención y solución de la problemática.
5.- Las formas y tipos en que se manifiesta esta violencia son moi diversos (psicológico, verbal, físico..) y su práctica atenta contra los derechos constitucionales a la libertad, seguridad y salud de los victimas de la misma
6.- Las actividades de prevención, para personas integrantes de una sociedad que desean convivir sin violencia, son muy importantes. Es posible vivir sin violencia pero también es muy difícil. Con la inmensa mayoría de los medios de comunicación no podemos contar, por lo tanto es básica la movilización social, es fundamental que todos nos involucremos en esta tarea, tratando de trasmitir a los demás que es posible:
• Promoviendo y agradeciendo los comportamientos altruistas y positivos de los demás.
• Movilizándose y actuando ante comportamientos negativos y agresivos, ya que la pasividad anima a los que están involucrados en conductas violentas a seguir perpetrándolas. Promoviendo una actitud activa, justa, consciente y activa de los que se conoce como “espectadores activos” a fin de comprender y cambiar situaciones.
• Educando a los hijos y siendo modelos para los mismos sabiendo resolver los conflictos de forma no violenta.
• Apreciando nuestra común humanidad con los demás, no despreciándola.
• Aprendiendo a abordar los conflictos por medio del diálogo.
• Comprometiéndonos a tener en consideración las necesidades de los demás.
• Aprendiendo a resistir las influencias que nos conducen a la violencia, desarrollando una conciencia crítica ante a violencia
• Promoviendo una legislación más adecuada
• Consiguiendo una mayor implicación institucional
• Creando servicios de mediación, atención e intervención donde las victimas puedan ser escuchadas y ayudadas
7.- La experiencia, técnicas, medios adquiridos en otros ámbitos donde se practican relaciones de acoso y violencia en general y de forma destacable en el área de violencia de genero pueden ser de gran ayuda, información y conocimiento en este ámbito de las relaciones vecinales.
8.- De destacar dos aspectos que bloquean en gran medida los avances de la convivencia pacífica entre vecinos : La invisibilidad social del fenómeno y la falta de distinción entre agresores y victimas.
9.- Aunque la identificación del conflicto, acoso y violencia vecinal y su consideración como tal problemática relacional y social es un fenómeno reciente y debil, es de destacar la continua demanda de servicios relacionados con el mismo.
10.- En este sentido, el campo de la mediación y la resolución pacifica de conflictos pueden aportar grandes avances en la convivencia vecinal y la reducción de esta problemática y las consecuencias de sufrimiento y mala calidad de vida de las victimas.
11.- Los servicios de mediación institucionales precisan de medios y profesionales capacitados y una serie de recursos que permitan asumir la variedad y cantidad de casos que tienen que atender. Es necesario una concienciación y colaboración institucional para la creación de este tipo de servicios en ámbitos operativos y eficientes.
12.- En aquellos casos donde exista una intencionalidad y voluntad de hacer daño y que los agresores se nieguen a soluciones de dialogo, usando y abusando de las limitaciones legales actuales, es preciso una actuación coordinada de los poderes públicos e institución policial y judicial a fin de controlar y reconducir las actividades de los mismos.
13.- En este sentido, parece necesario una revisión de las limitaciones actuales que se dan en el campo legislativo, policial, judicial y urbanístico que permiten de forma involuntaria la expansión de ciertas conductas de acoso y violencia que carecen actualmente de una restricción efectiva.
14.- El conocimiento mutuo y coordinación de los diversos esfuerzos que a nivel de Comunidades autónomas, Ayuntamientos y organizaciones sociales se están realizando en esta problemática del conficto, acoso y violencia vecinal, son de todo punto, deseables y se deberían potenciar a fin de facilitar el avance y progreso social en este campo.